La Orquesta

COLOCACIÓN DE LA ORQUESTA

Podemos distinguir de qué instrumento se trata fijándonos es dónde está colocado. Un ejemplo visual de colocación normal de una Orquesta Sinfónica sería el siguiente:

Si realizamos un esquema por familias de instrumentos, la posición quedaría de la siguiente manera:
Tal como se indica en la parte inferior, los instrumentos tienden a colocarse de izquierda a derecha según la frecuencia del sonido que emitan, del más agudo hasta llegar progresivamente al más grave.

La colocación interna de la familia de viento sigue la misma norma, por lo que quedaría de la siguiente forma:

Trompeta
Trompa
Trombón
Tuba
Flauta
Clarinete
Oboe
(Corno inglés)
Fagot



Puede sorprendernos que la flauta se encuentre en la familia de Viento Madera, ya que si pensamos en la imagen de una flauta travesera seguramente se nos venga a la cabeza un instrumento de metal. Pero en sus inicios se fabricaban con madera, por tanto en la clasificación formal que estudia la Organología (ciencia que estudia los instrumentos musicales y su clasificación), las flautas pertenecen a esta familia independientemente del material del que estén fabricadas.


Cada instrumento, además, tiene su propia familia interna (flauta: flautín, flauta en Do, en Sol y Grave). Y todos tienen una obra sinfónica muy conocida en que ese instrumento se luce. (Ej.: El aprendiz de brujo > fagot) 

En ocasiones, normalmente por falta de espacio, no se cumple está colocación. Un ejemplo claro de esto es la Orquesta Sinfónica de Viena, en donde nadie está en su sitio por falta de espacio.

Los instrumentos a veces rotan empezando de atrás hacia delante. Se oye mejor a los músicos más cercanos al escenario.
El coro se sitúa detrás de la orquesta siempre porque para cantar tienen que levantarse, nunca pueden ponerse delante.
Para saber cuántos forman una orquesta se cuenta el número de atriles, que se comparten por parejas.

Para comprobar todo esto, recomiendo ver la película Ensayo de orquesta, del director Federico Fellini.

ALGUNOS TÉRMINOS
Concertino: encargado de decir la hora de descanso de los músicos, a qué hora vienen, a qué hora se van… El director de orquesta debe acordar todo con él.
Cliches: se refiere a los estereotipos. Ej.: un violín lo toca una persona frustrada, los cantantes son un mundo aparte (divas), el piano es el instrumento padre y la madre es el arpa, son los mejores...
Sordina: tapón que se le pone a la trompeta para que suene más dinamizadas. 
Frente de ondas: donde mejor se escucha la música en un concierto es en el palco, porque es el punto donde las ondas de cada todos los instrumentos se unen.





DIRECTOR DE ORQUESTA

Dirigir una orquesta es un trabajo muy complejo. 
Existe una asignatura específica para desempeñarlo: Dirección de orquestas y coros.
A continuación citaré una serie de normas básicas que debemos conocer.

Antes de empezar:
- El director sale y se coloca en el medio, enfrente de la orquesta, mirando hacia los músicos, dando la espalda al público.
- Debe fijar una referencia (posición inicial), colocando los brazos en ángulo recto. Durante el concierto no podrá cambiar esta referencia.
- Tiene que cerciorarse de que todos estén atentos (control visual).
- Los pasos quedarían en: llegar > parar > mirar > referencia > empezar.
Durante el concierto:
- Cuantos menos gestos haga mejor, sólo debe mover la mano.
- Controlará desde el hombro, con el brazo en curva, ligeramente flexionado.
- Anacrusa = el aviso. Es tan importante casi cómo suba el brazo que cómo lo baje, para que no pille de improvisto a nadie.
- El director debe anticiparse a todos, tiene que escuchar bien la música para avisar correctamente.

_________________________________________________________________________________



¿Me veis sin mirarme?
El maestro pide a todos que miren a su papel y él se pone a hacer movimientos y gestos. Luego pregunta si alguien sabe qué ha estado haciendo durante el tiempo que mirábamos al folio. Todos lo saben.
Con esto comprobamos que aunque no miremos directamente, vemos muchas cosas “por el rabillo del ojo”. Utilizamos este ejercicio para sentirnos como un músico de orquesta y entender cómo pueden seguir al director mientras leen su partitura.



EL DIRECTOR

Para poner en práctica las técnicas de dirección, realizaremos el siguiente ejercicio.

Toda la clase se sienta, colocados de la misma forma que una orquesta o lo más semejante posible, y uno de los alumnos hará de director.

El director debe seguir los pasos que he dicho antes: colocarse en su sitio, comprobar que todos le prestan atención, posición inicial o de referencia y ¡a empezar!

Este concierto no necesita instrumentos, simplemente sonarán palmadas. Cada vez que el director baje la mano los músicos darán una palmada.

La complicación de este ejercicio dependerá de la habilidad del director. Según las indicaciones que dé puede pedir más o menos intensidad en las palmadas, aumentar la velocidad, distintos ritmos... e incluso dividir a la orquesta en dos mitades y controlar cada una con una mano.

Nunca debemos olvidarnos de motivar a los niños e implicarles en la actividad, hacer que la disfruten. En este caso, por ejemplo, podemos crear un ambiente de concierto real haciendo que salude al público (imaginario) antes de empezar y dándole un gran aplauso entre todos al final.



DIRECTOR DE ORQUESTA (POR FAMILIAS)

Este ejercicio está pensado para repetirse cada día, ya que nos llevará menos de 5 minutos (la duración de la canción elegida) y nos aseguramos de que todos los alumnos hacen el papel de director. Además es una forma de trabajar el oído y el ritmo, que debe desarrollarse diariamente, y al ser con niños pequeños en sesiones cortas.

Disponemos las sillas en forma de U. [De esta forma se rompe el esquema de trabajo y se facilita el transcurso de la sesión, ya que los niños tocarán instrumentos y deberán levantarse a menudo.]

Trabajaremos sobre todo con instrumentos de percusión, ya que son más sencillos de tocar. Los niños acabarán reconociendo todos ellos: panderetas, sonajas, cascabeles, tambor, caja china de uno y dos tubos, platillos, maracas y claves.

Se reparte un instrumento a cada alumno. Según una lista, se nombra a los cuatro alumnos que les toca ese día tocar los tambores, que se colocan juntos en las primeras sillas. El resto de instrumentos se reparten por familias (metal, madera y maracas), según se hayan sentado los niños. Todos estos instrumentos los reparte el director de la orquesta [sería conveniente que coincidiera con "el encargado" de ese día] y dos ayudantes, que se nombran también por orden de lista. Los alumnos deben esperar tranquilos dejando el instrumento en el suelo, para evitar que armen jaleo. El director coge su batuta y se coloca en el centro del aula. Todos cogen sus instrumentos y la profesora enciende la música, que suele ser una pieza de música clásica. Mientras suena, el director debe ir marcando el ritmo y señalando con su batuta qué familia de instrumentos quiere que toque en ese momento, los demás alumnos, por supuesto, deben seguir sus indicaciones. [Aunque los alumnos ya conozcan la dinámica, es recomendable que la profesora siempre haga primero ella de directora. Con esto intentamos conseguir que entiendan mejor el ritmo de la música. Con este ejercicio podemos comprobar la capacidad auditiva, coordinación  y  habilidad musical de los alumnos.]

Al finalizar el concierto, se devuelven todos los instrumentos a su sitio. Los instrumentos van guardados también por familias, con lo que reincidimos en la diferenciación de éstas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario